El Gobierno nacional, de cara al posconflicto, está trabajando en forma para el desminado del país y parte de ese proceso comienza con el Ejército Nacional, que ya tiene “disponibles” 10.000 soldados para entrenarlos, capacitarlos y acreditarlos en la erradicación de las minas antipersonales, una vez se firmen los acuerdos en La Habana.

Actualmente solo existen 500 militares dedicados de lleno a estas labores.

De acuerdo con general (r) Rafael Alfredo Colón, director del Programa Presidencial contra las Minas, el direccionamiento estratégico para este proceso lo hará el Ministerio del Posconflicto.

“Queremos aprender de las lecciones. Por ejemplo, con el tema de cultivos ilícitos, en el que muchas veces esos sembrados han crecido porque no hay una respuesta integral del Gobierno en los territorios en los que se hace este trabajo, y queremos que eso no suceda con el desminado”, dijo.

De acuerdo con Colón, el presidente Santos quiere que crezcan las organizaciones civiles dedicadas a esa labor, tanto de países cooperantes como de organizaciones civiles nacionales.

“La meta es desminar antes del 2021, que es el compromiso que tenemos con Ottawa”, señaló.

Apoyo internacional

Precisamente, en el país está un grupo de diplomáticos de naciones interesados en cooperar con el tema del desminado.

Este grupo, liderado por el embajador de Japón ante la ONU en Nueva York, Yoshifumi Okamura, quiere saber cuáles son los logros en la erradicación de las minas y ver cuáles son las necesidades para el futuro.

También están diplomáticos de las embajadas en Bogotá de Estados Unidos, Canadá, Suiza, Holanda y agencias del Sistema de Naciones Unidas, como el Servicio de Acción contra Minas y la Unicef.

Este martes, precisamente, ellos van a estar en Cocorná (Antioquia), donde van a conocer el trabajo del batallón de desminado y ver ese trabajo para determinar en qué se puede ayudar.

Okamura resaltó el liderazgo del país en la lucha contra la erradicación de las minas antipersonales y destacó la importancia que esto tiene para el posconflicto y para mejorar las condiciones económicas en las zonas afectadas.

Eso sí, dejó en claro que el proceso de desminado debe ser integral y debe incluir un contacto con las familias de la zona afectada para que haya un funcionamiento social y económico desde el ámbito local.

Carl E. Case, coordinador de la Acción Integral contra Minas Antipersonales de la OEA, dijo: “Es la primera vez que estamos viendo que los donantes internacionales están llegando a Colombia para apoyar este proceso. Creo que los diálogos de paz están impulsando este interés. Es algo muy distinto a lo que habíamos visto en los últimos años.

‘Vamos a ver cómo apoyar’

¿Cuál es el motivo de su trabajo en Colombia?

No solo represento al Gobierno de Japón, si no a 34 países donantes de la acción contra las minas. Para saber cómo apoyar en el tema, ellos necesitan ver lo que ocurre en el terreno.

¿Que impresión se lleva?

Hay un compromiso muy serio del Gobierno para atender el problema de las minas y el desminado.

¿Esto tiene que ver con el posconflcito?

SÍ, como una parte del posconflicto. El grupo de soporte contra minas está viendo cómo apoyar económicamente las acciones de desminado.