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¿Guerra sucia en la campaña presidencial colombiana?

BBC Mundo  |  08 de mayo de 2014 (00:01 h.)
Zuluaga y Santos

Una seguidilla de escándalos y acusaciones mutuas entre las dos principales campañas presidenciales colombianas encendieron la temperatura del ambiente previo a las elecciones del próximo 25 de mayo, produjeron la captura de una persona y originaron renuncias de directivos y asesores de los candidatos.

Los escándalos han salpicado a las dos campañas más importantes, la del presidente Juan Manuel Santos, quien aspira a ser reelegido por cuatro años más, y la del exministro Oscar Iván Zuluaga, apoyado por el expresidente Álvaro Uribe, y quien ocupa el segundo lugar en las intenciones de voto.

Analistas consultados por BBC Mundo e incluso algunos de los salpicados por los escándalos consideran que hay “guerra sucia” en la campaña presidencial.

El más reciente escándalo tiene que ver con la detención de Andrés Sepúlveda, un experto en informática que trabajó para la campaña de Zuluaga y a quien capturaron en una oficina que según la Fiscalía operaba como una central desde donde se interceptaban correos electrónicos de Santos y de negociadores del proceso de paz que matiene desde finales de 2012 el gobierno colombiano con la guerrilla de las FARC en Cuba.

La Fiscalía General asegura que Sepúlveda, un experto en redes sociales, saboteaba el proceso de paz y vendía información.

La detención de Sepúlveda desencadenó este miércoles la renuncia de uno de los principales asesores de la campaña de Zuluaga, Luis Alfonso Hoyos, exembajador de Colombia ante la Organización de Estados Americanos.

Hoyos dimitió luego de que se reveló que él fue el hombre que acompañó personalmente y presentó a Sepúlveda ante el canal de televisión RCN, a quien el hombre ofreció información “sensible” sobre las FARC, pero el medio no aceptó el ofrecimiento.

Con Hoyos también salieron de la campaña de Zuluaga los encargados de las redes sociales y medios digitales que montó Sepúlveda.

Este último reconoció que trabajó para el expresidente Uribe en 2006 y para JJ Rendón.

El otro escándalo: JJ Rendón

Sin embargo, Hoyos, que es un hombre muy cercano al expresidente Uribe –quien es el principal opositor de Santos- aprovechó su renuncia para criticar a la campaña del actual presidente por otro escándalo que estalló el fin de semana pasado.

"No queremos que eso sirva para tapar denuncias muy graves de la campaña oficial", dijo Hoyos.

El exdirectivo se refería a la denuncia contra el estratega electoral venezolano JJ Rendón, quien trabajaba para Santos y tuvo que dimitir tras el estallido de otro escándalo por el intento fallido de la mafia del narcotráfico por negociar un sometimiento a las autoridades judiciales.

Según la denuncia, hecha por el periodista Daniel Coronell, en la revista Semana, Rendón habría recibido el pago de US$12 millones por su gestión. Sin embargo, el asesor lo niega.

En la polémica atizó la hoguera Fernando Londoño, un controvertido exministro de Uribe, quien sobrevivió a un atentado en 2012 que fue atribuido a las FARC.

Este miércoles, en una columna publicada en el influyente diario El Tiempo, Londoño trató al presidente Santos como un “truhán” y sugirió que en medio de la negociación de paz con las FARC habría surgido el plan para atentar contra su vida y la de Uribe.

La pregunta que muchos se hacen es qué efectos tendrá el cruce de acusaciones entre las campañas y qué otras consecuencias tendrán el caso Sepúlveda y Rendón.

Analistas como la excandidata presidencial Socorro Ramírez lamentan que estos casos “soslayen los temas claves de la campaña”.

“No ha habido capacidad de los medios de desmontar las maniobras en esta guerra sucia en que andan las dos principales campañas. Esta ha sido una campaña anodina y sectaria”, señala Ramírez, profesora de Ciencia Política y quien fue candidata presidencial de un partido de izquierda en los años 80.

Otro excandidato presidencial, el exmagistrado Carlos Gaviria, le dice a BBC Mundo que los escándalos recientes “son de una gravedad extraordinaria” y ponen de presente “la degradación a la que ha llegado la politica colombiana”.

Sin embargo, Gaviria cree que los escándalos “no tendrán mayor incidencia en las votaciones”.

Por su parte, el columnista Antonio Caballero, de la revista Semana, le dice a BBC Mundo que estos episodios no tendrán ningún peso en las votaciones de mayo. Según él, “ya nada escandaliza a los electores” y estos “votarán por lo menos malos o, simplemente, no votarán”.

En cambio, el directivo de una importante firma de encuestas, que habló con BBC Mundo pero pidió no ser identificado, cree que los recientes escándalos podrían cambiar en algo el panorama.

“Cuando hablamos de un porcentaje de indecisos de casi el 40% y la ventaja entre Santos y Zuluaga se ha reducido, no se descarta que los escándalos terminen influenciando a esos electores”, señala.

Cuando faltan dos semanas y media para las elecciones, se da casi por descontado que habrá una segunda vuelta a mediados de junio, pues no se prevé que Santos –que sigue encabezando las encuestas de preferencia de votos- logre la mitad más uno de los votos válidos para imponerse en primera vuelta.

Y aunque todavía es muy temprano para medir el impacto de los escándalos de la última semana en las encuestas, lo que sí es claro es que las controversias animaron la campaña, que para muchos estaba algo aburrida.