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Mario Yepes hace todo y pone a Colombia en octavos de final

BBC Mundo  |  19 de junio de 2014 (18:00 h.)
Yepes

Colombia hizo nueva historia en Brasil 2014 ganando dos juegos consecutivos por primera vez en cinco mundiales.

Pero fue un histórico, el capitán Mario Alberto Yepes, quien se llevó las palmas en la victoria ante Costa de Marfil con la que el combinado cafetero selló su clasificación a la segunda fase.

Yepes, de 38 años, no jugó en Francia 98 –el último Mundial disputado por Colombia antes de la cita brasileña– pero para entonces ya era jugador profesional y ese mismo año consiguió su primer título con el Deportivo Cali.

Un contraste notable con la juventud de los goleadores de la jornada: James Rodríguez, quien aún no cumplía siete años cuando Colombia fue eliminada por Inglaterra en Lens, y Juan Fernando Quintero, quien con dos años menos es demasiado joven para siquiera recordarlo.

James –así llaman a su número diez los colombianos, pronunciándolo tal y como se escribe– y "Quinterito" –su reemplazante en el Porto de Portugal– son, de hecho, emblemáticos de esta selección colombiana: jóvenes representantes de una nueva generación, forjada desde muy temprano en las principales ligas europeas.

Y Yepes es, junto al arquero suplente Faryd Mondragón, su conexión con el pasado.

Por un lado, es el más veterano de todos los jugadores de campo que están disputando el torneo. Y con 100 partidos con la selección está a uno de empatar a Leonel Álvarez como el segundo futbolista que más partidos ha disputado con esa camiseta, por detrás de "El Pibe" Valderrama.

Pero además es, en cierta forma, también el representante, en un momento histórico, de toda una generación de futbolistas colombianos que nunca pudo llegar a los mundiales.

El gran capitán

Después de triunfar con el Cali, con el que llegó a la final de la Copa Libertadores de América en 1999, Yepes se fue a Argentina a jugar con el River Plate, equipo con el que el defensor central colombiano obtuvo un par de campeonatos.

Y en 2002, a los 26 años, fue traspasado al Nantes de Francia, para empezar una prolongada carrera en Europa que lo ha visto jugar en el Paris Saint Germain (Francia), Chievo Verona, AC Milan y Atalanta (Italia).

Zurdo, gran cabeceador en las dos áreas, con muy buena técnica y una notable inteligencia táctica, Yepes empezó su carrera como delantero.

Y fue su entrenador en el Cortuluá –equipo con el que debutó en la segunda división colombiana– quien decidió cambiarlo de área, respondiendo a las protestas del entonces joven delantero con la promesa que con el tiempo se convertiría en el mejor defensor central en la historia del fútbol colombiano.

Es desde esa posición que Yepes ha conquistado títulos como una Copa de Francia con el Paris Saint Germain y una liga italiana con el AC Milan, además de la Copa América de 2001: el mayor de los títulos en la historia de la selección Colombia.

Aunque más que esos títulos es otra distinción la que define mejor a "El gran capitán", como acostumbran llamarlo los cronistas deportivos locales: ya sea en Colombia, Argentina, Francia o Italia, Yepes ha capitaneado a casi todos los equipos en los que ha jugado.

Sabedores de que se retirará de la selección después de Brasil 2014, sus compañeros seguramente querrán prolongar todo lo posible esta última aventura, idealmente llevando a Colombia por primera vez en su historia hasta cuartos de final, si no más adelante.

Y, por lo pronto, Yepes ha contribuido a la causa con dos partidos notables, siendo probablemente el mejor de la cancha en sus dos primeros partidos en los mundiales.

Colombia lo sabe. Y los elogios han llovido en las redes sociales.

"Todos de pie ante el nuevo santo colombiano: San Mario Alberto Yepes Díaz", trinó por ejemplo el historiador y traductor Alberto Sánchez.

"Más colombianos con ese corazón de Yepes, por favor. Gladiador", fue el comentario, también vía Twitter, del cronista Alberto Salcedo Ramos.

Y el periodista Mauricio Silva resumió: "Hoy Yepes cumplió 100 partidos con la Selección y, una vez más, lo entregó todo... Ya va a ser imposible de olvidar... ¡Maestro!".