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Adiestrar y educar a las mascotas es una responsabilidad de familia

El Tiempo  |  31 de enero de 2015 (03:02 h.)
Mascotas

¿Es su mascota un ejemplo de buen comportamiento y educación? Averígüelo a continuación.

“Si tu no dominas a tu perro, él te domina a ti”. Esa es la premisa que define todo para Carlos Guerrero, director de la fundación Vishnú del Cyprés, que entrena a perros guía para ciegos. La importancia de tener control sobre el animal de compañía es un tema al que ciertas personas solo le prestan atención cuando es demasiado tarde.

Pero, ¿cuándo una mascota necesita realmente de un adiestrador? La etóloga Claudia Rodríguez considera que el error inicial es confundir los conceptos. Adiestramiento son una serie de comandos que se le enseñan al perro para tener una mayor control sobre él en situaciones cotidianas como salir al parque, viajar en auto, o dejarlo solo en casa y que no haga desastres. Por otra parte, “la educación es un proceso continuo que el cuidador debe implementar para que el perro pueda adaptarse a su grupo social”, explica la doctora Rodríguez.

Así, el adiestramiento es opcional, pero la educación es indispensable y debe empezar desde que el cachorro llega a casa. Esta es un proceso en el que deben participar todos los miembros de la familia, fijando unas reglas claras que las mascota debe respetar: “no subirse a los muebles, no entrar a los cuartos etc.”, asegura Wilson Bonilla adiestrador profesional de la escuela Barbas Blancas.

Por otra parte, el adiestramiento le enseña a la mascota la obediencia básico con cinco comandos: sentarse, echarse, pararse, quedarse quieto y responder al llamado, los cuales se enseñan utilizando palabras cortas que tengan sílabas diferentes como flat, sit y stop. “Hay perros que tienen más disposición al aprendizaje como los labradores y los border collie, pero prácticamente cualquier perro puede aprender”, afirma la doctora Rodríguez.

“Un buen entrenador es aquel que tiene el suficiente dominio para enseñarle tanto al perro como al dueño”, comenta Guerrero. El éxito de este programa, que dura entre dos y cuatro meses, es que la persona aprenda a controlar al animal y que este le haga caso sin necesitar la presencia del instructor. Para eso se realizan sesiones cortas de máximo 10 minutos en las que luego se deja descansar a la mascota o se juega con ella para que no sea tedioso.

Es importante que el adiestramiento se realice con la participación de toda la familia, sobre todo de los niños pequeños a los que a veces es más difícil que el perro les haga caso. Este por lo general se hace de manera preventiva para afianzar el control y manejo de la mascota en las situaciones cotidianas particularmente en lugares públicos, como que camine cerca de uno en el parque.

Sin embargo, en situaciones extremas de problemas de carácter graves siempre será más recomendable la intervención de un profesional en comportamiento animal (etólogo).

Otro factor importante es hacer una buena adopción, es decir, conocer la raza que se va a adoptar para entender su carácter y saber si se acoplará adecuadamente a la familia.

“Hay cosas que la gente puede evitar como que el cachorro se pare encima de ellos, porque eso implica supremacía sobre el otro”, comenta Bonilla.

Finalmente, tanto para perros como para gatos hay cursos conocidos como parvularios en los que especialistas fijan pautas de comportamientos en los animalitos desde muy pequeños. Pero en este sentido hay que entender que el compromiso debe surgir desde casa y el adiestrador solo será una guía del proceso.

Tips para un mejor adiestramiento

  • Realice sesiones cortas de máximo 10 minutos
  • Enséñele a la mascota trucos divertidos entre cada comando.
  • El entrenamiento debe incluir estímulos positivos.
  • Cuando el perro tenga comportamientos inadecuados como agresividad no lo acaricie, ni consienta.
  • El adiestramiento de obediencia básica es solo para los perros. Los gatos no requieren este tipo de instrucción.
  • El costo del adiestramiento básico está entre los 150.000 y 600.000 dependiendo de la cantidad de sesiones que tenga con el adiestrador o con el etólogo.

Por: Daniela Forero Sánchez