Sin embargo, todo aquellos que se lancen a esta aventura deben tener claro que la productividad será la que les acabe dando de comer. Hay que cuidar horarios, rendimiento, ingresos... pero existen ciertas pautas que lograrán aumentar tu motivación y, por lo tanto, tus beneficios. Toma nota:

1. Puede que no tengas que acudir a la oficina, pero eso no significa que no debas tener un espacio organizado para llevar a cabo tu trabajo. Es importante que te aísles y te concentres tal y como harías en un despacho, así que huye de los elementos que te puedan distraer.

2. Si el espacio de trabajo tiene que estar organizado, aun más lo debe estar tu rutina. Fíjate tus propios horarios, ya somos mayorcitos como para necesitar que un jefe nos esté diciendo lo que tenemos o no tenemos que hacer, y aplícate eso de "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy". Para un freelance el tiempo es oro, así que elabora una tabla semanal ordenando horarios y tareas. Intenta darte tiempos de descanso suficientes para trabajar a gusto.

3. Uno de los mayores errores de un freelance es la pérdida de control. Tus más allegados pueden pensar que tienes más tiempo libre para hacer planes porque no tienes que dar explicaciones ante nadie, pero está en tu mano hacerles saber que eso no es cierto. La autonomía de la que dispones te ayudará a la hora de organizar tu rutina, pero nunca debes olvidar que eres un profesional que depende de sí mismo.