Entre ajustes por un lado y por otro, al proyecto de Ley de Presupuesto General para el 2015 se le hizo tarde. Según el cronograma, este jueves debe estar aprobada la propuesta en primer debate, pero aún no se termina la ponencia que debe ser votada en las comisiones del Congreso de la República.

Incluso, para este lunes está prevista una nueva reunión entre los coordinadores ponentes y el Ministerio de Hacienda, en la cual se darán los últimos ajustes a la iniciativa que plantea una carga presupuestal de 216 billones de pesos, de los cuales falta financiar 12,5 billones.

Debido a este hueco, el Gobierno tendrá que presentar, en forma paralela, la propuesta para cubrir los recursos que faltan y que ya hacen parte del presupuesto del año entrante, pues el Legislativo ya le dio visto bueno al monto total.

Una de las decisiones tomadas, según confirmó la representante Lucy Contento, coordinadora de ponentes del proyecto de presupuesto, es que, dentro del plan de austeridad anunciado por el presidente Santos, la decisión es disminuir en un 10 por ciento el gasto de funcionamiento de cada entidad pública. “Esto dará recursos por 2,9 billones de pesos, los cuales se iban a sacar del rubro destinado a pagar la deuda, pero ese recorte podría afectar la regla fiscal”, explicó la congresista.

Varias son las razones de la demora en el trámite del proyecto de presupuesto. En primer lugar, durante las sesiones que han tenido las comisiones económicas legislativas se han presentado 300 proposiciones, con peticiones de obras o de aumento de recursos para distintas entidades. La mayoría de ellas, de acuerdo con una fuente del Congreso, no son viables o no deberían ser parte de un proyecto de presupuesto.

Las alternativas para conseguir el dinero que falta son mantener el gravamen a los movimientos financieros o 4 x 1.000 y modificar el impuesto al patrimonio.

Para que estos cambios en el Estatuto Tributario puedan servir para financiar el hueco financiero del Estado se requiere tramitar una ley de financiamiento, en forma paralela al proyecto de presupuesto.

Como muchos estiman que esto, aunque se le cambie de nombre, es una reforma tributaria, el Ministerio de las finanzas públicas propuso incluir dos ingredientes más: medidas antievasión y posibilidad de sanear tributariamente los bienes que tienen en el exterior muchos colombianos y por los que nunca han pagado impuestos en el país.