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La falla de 57 centavos que puso en jaque al gigante General Motors

BBC Mundo  |  02 de abril de 2014 (01:02 h.)
General Motors

"Rezo todos los días para poder ir y regresar del trabajo en una pieza y que nada ocurra y no ser yo la persona 304 que muera en su auto", dice Samantha Genader, una joven de 25 que conduce unos de los modelos de General Motors (GM) que han sido llamados a revisión por la compañía.

Ocurre que, desde febrero pasado, GM ha llamado a revisión a 2,6 millones de vehículos, la mayoría de los modelos Chevrolet Cobalt y Satur Ion, cuyas fallas en los tambores de arranque han sido vinculadas con accidentes fatales.

La compañía tuvo conocimiento de los fallos en sus modelos en 2004.

Pero les tomo una década tomar la decisión de mandar a llamar a revisión los modelos defectuosos para realizarles las reparaciones correspondientes.

Nadie sabe el por qué de la demora, ni siquiera la máxima autoridad de la compañía.

"No les puedo decir por qué tomó años que se anunciara un defecto de seguridad... pero lo vamos a averiguar", dijo Mary Barra, la directora ejecutiva de GM, en una comparecencia este martes ante la Cámara de Representantes de EE.UU.

Las fallas en el tambor de arranque pudieron afectar al circuito eléctrico del vehículo y desactivar las bolsas de aire (airbags), lo que podría haber sido la causa de al menos 12 muertes en 32 accidentes (aunque un informe del Centro para Seguridad Automotriz habla de 303 muertes, una cifra que GM pone en tela de juicio).

Un error de 57 centavos de dólar

"Actuamos tan pronto como conocimos el problema", dijo Barra, quien tiene solo dos meses al frente de GM.

Barra aseguró que investigarán a fondo y tomará medidas para compensar a víctimas y consumidores por "errores que se cometieron en el pasado".

De acuerdo con los documentos presentados en la audiencia, la pieza necesaria para la reparación del tambor de encendido está valorada en 57 centavos de dólar.

De acuerdo con GM, en 2005 ingenieros de la compañía propusieron soluciones al problema del tambor de arranque. Pero el gigante concluyó que ninguna representaba un "caso aceptable de negocios".

"Los documentos presentados por GM muestran que el incremento inaceptable del costo era solo de 57 centavos", dijo la representante Diana DeGette.

Barra reconoció que el diseño del tambor de arranque nunca alcanzó las especificaciones de la propia compañía

Impactos en la imagen de un gigante

Los miedos de la joven Samantha Genader no constituyen exactamente el tipo de publicidad que desea ninguna compañía automotriz, mucho menos una que está tratando de reconstruir su imagen, tras recuperarse de la bancarrota en que se declaró en 2009.

"El mayor riesgo termina en la percepción del público, de si realmente se trata de la nueva GM o si es más de lo mismo que vimos antes de 2009", dice a BBC Kevin Tynan, analista automotriz senior de Bloomberg Industries.

Los llamados a revisión no son poco frecuentes en la industria, pero en este caso particular, GM ha sido golpeada por dos factores, dice el corresponsal de BBC en Nueva York, Puneet Pal Singh.

Uno, que el problema está vinculado con muertes en accidentes.

El otro asunto es el hecho de que GM admitió que algunos empleados estaban al tanto del problema desde hace diez años.

La automotriz se ha esforzado en reconstruir su imagen tras recibir una ayuda de US$49.500 millones de parte del gobierno de EE.UU. en 2009.

a para el momento de declararse en bancarrota, la reputación de GM estaba en entredicho: los clientes no se sentían satisfechos con la calidad de los vehículos que estaba produciendo.

Algunos analistas consideran improbable que GM ignorase el problema de forma deliberada y que el problema es un legado no deseado de los tiempos pre-ayuda gubernamental.

"Es sencillo ver por qué algo como esto no fue abordado a tiempo", dice Lisa Whalen, vicepresidente de Transporte y Automotriz de la firma consultora Frost & Sullivan.

"Hay que entender que, antes de su rescate en 2009, GM fue un estructura burocrática grande y compleja. Y es posible que sólo una muy pequeña parte de la gerencia pudiera haber estado al tanto del problema".

Golpe financiero

Aunque hay analistas que señalan que el problema afecta a los vehículos fabricados antes del rescate y consecuente reestructuración.

Esto podría ayudar a amortiguar el impacto en su imagen de la compañía.

"El público podría pensar que simplemente están limpiando el armario de algunos de viejos vehículos que no fueron tan bien construidos como los de ahora", dice Tynan.

En cualquier caso, más allá del impacto sobre la imagen de la compañía, el problema de los tambores de arranque tendrá consecuencias financieras.

GM calcula que el gasto por los autos llamados a revisión durante el primer trimestre ascenderá a US$300 millones.

Además, ya dos comités del Congreso de Estados Unidos han iniciado una investigación. Y se dice que el Departamento de Justicia está también poniendo sus ojos en el asunto.