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Maria Eugenia Rinaudo

¿Cómo cerraremos el 2015 en el ámbito ambiental?

Licenciada en Estudios Ambientales.

Maria Eugenia Rinaudo | 22 de agosto de 2015

Vivir esta época histórica del mundo es protagónico. Nos encontramos en un momento clave de transformaciones y cambios que están marcando el futuro de la humanidad. Las sociedades están modificando su patrón de comportamiento y con ello, también el planeta está cambiando (no necesariamente para “beneficio” nuestro).

Nuestra gran debilidad como seres humanos es poseer una naturaleza cortoplacista. Nos cuesta pensar qué sucederá dentro de unos 5 o 10 años o peor aún, 1 o 2; prueba de ello son las políticas ambientales en términos globales. Vivimos el presente sin pensar en el futuro y las repercusiones que el hoy tendrá en el mañana. Por algo, Jorge Riechmann definió al Siglo XXI como el “Siglo de la gran prueba” o la “era de los límites”.

El 2015 marca un momento intenso de adelantos -y retrocesos- que conllevan a mirar y pensar en el futuro, no solo de la biósfera sino de toda la geósfera. Ver al planeta como un sistema holístico que nos retribuye cada día con sus “servicios” y no como un “fondo de capital financiero”, es una forma de adelantarnos en el proceso.

Desafíos actuales como el cambio climático, el hambre, la pobreza o la guerra tienen que sentar las bases para una reflexión conjunta basada en una retrospección interna y colectiva en la que las sociedades -muy heterogéneas entre sí- puedan encontrar un punto de inicio para una discusión democrática, vinculante y equitativa. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible -que serán prontamente oficializados por las Naciones Unidas- y sustituirán a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, “deben” crear las bases de esta discusión ambiental mundial. El planeta lo necesita y nosotros también. Si no tomamos acciones actuales para enfrentar los desafíos próximos, las inversiones que tendremos que realizar en el futuro y los gastos económicos, serán mucho más costosos que realizarlos en la actualidad. Responder al cómo hacer para reducir la vulnerabilidad social (disminuyendo la pobreza, contribuyendo al desarrollo humano, fortaleciendo el emprendimiento de comunidades, etc) por medio de la resolución de los problemas ambientales, debe estar conectado con una fuerte política ambiental global con enfoques regionales, nacionales y locales que constituyan una ventana para la integración de indicadores que permitan superar las brechas socio-ambientales. La COP-21 en Paris, también marca un hito fundamental este año en la lucha mundial de tener un sistema gobernable, reduciendo los “niveles irreversibles” que plantea el cambio climático. No es solo la aprobación de un nuevo documento vinculante que sustituya al casi extinto Protocolo de Kyoto, sino también, generar en los líderes del mundo (políticos, económicos, industriales y desarrollistas), un interés ético ante este gran desafío del cual solo hemos visto la punta del iceberg; ¡preocuparnos por lo que verdaderamente importa!.

Espero cerrar el 2015 siendo protagonista de las buenas nuevas ambientales y sintiéndome orgullosa de mi especie. Todo está en nuestras manos, no le echemos la culpa a quien tengamos al lado. Aún a pesar de todo, tengo optimismo en los seres humanos…

@rinaudomariae

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