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Claro de luna, una hermosa pieza musical

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El Universo | 27 de marzo de 2014

Ha escuchado alguna vez “Claro de Luna”, composición musical de Ludwing van Beethoven, conociendo de que se trata esta canción? Tal vez muchas veces ha escuchado esta canción sin saber toda su historia. Me permitiré contarle un poco de esta gran pieza.

Se dice que fue escrita hacia finales de la vida de Beethoven.

Existe una antigua leyenda relacionada con la composición de esta sonata, que es muy interesante.

Se cuenta que una noche, el Músico Beethoven y uno de sus Amigos caminaban por las calles de Bon, por uno de los barrios más pobres, al pasar por una casa se admiraron al escuchar una melodía armoniosa. Beethoven, ingresó a dicha casa sin anunciarse; el cuarto era humilde y estaba iluminando por una pequeña vela. Se encontraba allí, un Joven trabajando sobre un banco de zapatero y una Muchacha, muy joven, sentada a un viejo piano.

Esta niña, junto con el muchacho, se sorprendió por la entrada del Maestro.

El músico, luego de disculparse por su entrada intempestiva, les manifestó que había quedado sorprendido por la gran precisión de la interpretación de la pieza musical; por su parte Beethoven y su Amigo quedaron sorprendidos al enterarse de que la niña era ciega.

Beethoven le preguntó sobre los orígenes de su talento, la niña le cuenta que había vivido al lado de una mujer que estudiaba música, la que pasaba gran parte de su tiempo practicando las piezas del gran Maestro, Beethoven.

Ella había aprendido sólo oyendo practicar a la mujer.

En un momento el hermano de la joven interrumpió la conversación para preguntar quienes eran los hombres que habían entrado a su morada, Beethoven le dijo ¡escucha!, se acercó al piano tocó las notas iniciales de la sonata Claro de Luna, de inmediato la niña rompió en llanto al reconocer al Maestro, lo interrogó y Él le indico que era Beethoven y que tocaría para Ella.

Luego de haberle tocado unas de sus antiguas melodías, la vela se apagó, Beethoven se acercó a la ventana y la abrió, entrando por allí la luz de la luna.

Beethoven después de meditar un momento, dijo: “Improvisaré una sonata a la luz de la luna”. Prosiguió la maravillosa composición que conocemos ahora, Claro de Luna.

Es increíble encontrar como una leyenda tan hermosa puede llegar a describir de una forma tan mística esta gran pieza musical. En ella se complementan la melancolía de los recuerdos, mezclados con una gran tristeza, que a la vez se fusiona con la majestuosidad de la belleza de los acordes de los violines impetuosos.

Así es nuestra vida, llena de grandes acordes, que sólo son “visibles” para aquellos que aunque parezcan desprovistos de alguna capacidad física, son inmensos, grandes y estupendos seres humanos, que vale la pena conocer y reconocer.

Diana Ramos, 27 de marzo de 2014

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