Los guerrilleros de las FARC son el tercer grupo terrorista más rico del mundo y en medio de sus tan colosales riquezas nos toca a los colombianos pagar la módica suma de más de 200 millones de dólares que es lo que cuesta el desminado. A éso, mi querido lector, súmele las vacaciones que ya les pagamos en la Habana.

Más del 67 por ciento del territorio nacional tienen grado de riesgo en sus áreas rurales, los más afectados han sido los menores de edad con un saldo de 1.125 víctimas. Ahora, los soldados se juegan heroicamente la vida para iniciar con una engorrosa tarea que tardará más de 10 largos años para quitar del camino las despreciables minas sembradas por unos terroristas.

Nos queda más que dicho que: Los regalos para las FARC están presentes. Que los colombianos les seguimos sirviendo de banco para pagar todo el terror que han sembrado por más de quincuagésimos largos años. Que seguiremos pagando el paseo de las FARC en la Habana. Que les seguiremos pagando todos los lujos y caprichos que le piden al presidente Santos. Que con la impunidad, que se ve venir, seguirán siendo el tercer grupo terrorista más rico del mundo porque la fortuna acumulada que tienen las FARC jamás fue incautada por el presidente Santos, los plenipotenciarios del gobierno, el Contralor o el Fiscal, quienes prefirieron la impunidad a la decorosa justicia.

“A los colombianos nos obligaron pagar la deuda ajena de quienes hoy en día son los terroristas y delincuentes más ricos del mundo”.