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Santiago Orduña Méndez

¿Vuelve a oscurecer Europa la sombra del antisemitismo?

Corresponsal y Columnista en Paris.

Santiago Orduña Méndez | 06 de marzo de 2015

Si entendemos la hipótesis como una interpretación anticipada y racional de fenómenos venideros, merece la pena detenerse ante el objeto en el que persisten cada vez con más ahínco las encuestas: ¿está creciendo el antisemitismo en el Viejo Continente?

Ya la semana pasada el presidente del Consejo Central de los Judíos en Alemania, Josef Schuster, en declaraciones a la radio pública berlinesa rbb, llamaba a “preguntarse si tiene sentido hacerse identificable” como judío a través del kipá -el tradicional tocado religioso que identifica a esta comunidad-, aconsejando a los judíos alemanes la posibilidad de cubrirse la cabeza con otra prenda en los barrios con alta presencia de población musulmana. Y es que los atentados yihadistas en Francia contra la publicación Charlie Hebdo y el supermercado judío que se cobraron la vida de 17 personas, los ataques terroristas en Copenhague perpetrados por el fallecido Omar Abdel Hamid El Hussein, que acabaron con la vida de un cineasta y un judío danés, así como otros actos antisemitas recientes tales como la profanación de cientos de tumbas del cementerio judío de Sarre-Union, al este de Francia, han hecho saltar todas las alarmas.

500.000 personas soportan uno de cada dos actos racistas

“El 50% de los actos racistas en Francia son contra los judíos, mientras que somos el 1% de la población francesa”, destaca para EL UNIVERSO el departamento de comunicación del Consistorio de París, la institución judía de mayor jerarquía en el país galo. “Tras el inicio de la segunda intifada, en el año 2.000, ha habido un fuerte crecimiento del antisemitismo en Francia, multiplicándose por 10 los actos antisemitas”, responden las mismas fuentes del Consistorio.

Éstas destacan tres fechas culminantes del odio antisemita: el asesinato de Ilan Halimi en 2006 (comerciante parisino secuestrado y torturado hasta la muerte por una banda criminal por el mero hecho de ser judío), los atentados de 2012 en Tolouse, que se cobraron entre otras la vida de tres niños y un profesor de una escuela judía, y los recientes atentados de Paris, donde cuatro personas de confesión judía murieron en el secuestro del Kosher o supermercado a manos de Amedy Coulibaly, que se auto reconocía del Estado Islámico.

La institución judía alega que aunque la seguridad contra futuros ataques no está garantizada ni para la sociedad francesa en su conjunto, “bien es cierto que existe un riesgo agravado para nuestra comunidad”, haciendo referencia a “la migración judía a la que estamos asistiendo hacia el oeste de Paris por la falta de seguridad en muchos barrios de la periferia”. Para el Consistorio esto se debe a causa del islamismo radical y del crecimiento de la extrema derecha aunada en el Frente Nacional, liderado por Marine Le Pen, “quien posee en su seno numerosos racistas y antisemitas”.

Cuando el río suena es que agua lleva

Ya el pasado año cerca de 7.500 judíos franceses decidieron emigrar al Estado de Israel y se espera que 15.000 más lo hagan este año. El propio premier Israelí, Benjamin Netanyahu, ha exhortado en varias ocasiones a los judíos europeos a emigrar a Israel ante el crecimiento de actos antisemitas, que se han duplicado en 2014 con respecto al año anterior tanto en Francia (851) como en Reino Unido (1.161) –las dos comunidades judías europeas más numerosas- y han crecido en un 36% en Alemania (1076).

Por su parte, la propia comunidad judía en el Viejo Continente percibe un clima hostil, según desvela la investigación por la Agencia Europea para los Derechos Fundamentales (FRA), donde analiza el crecimiento del antisemitismo entre la década 2003 y 2013. Los resultados muestran cómo de los 5.847 encuestados, todos ellos judíos, un 76% considera que el antisemitismo ha crecido fuertemente en los últimos años y más de dos tercios entienden que Europa tiene un problema serio a considerar.

Del antisemitismo a la islamofobia

El reciente sondaje sociológico de Odoxa, el conocido instituto de estudios sociales del periódico Le Parisien, refleja por un lado cómo siete de cada diez franceses perciben un incremento del antisemitismo y, por el otro, también de la islamofobia. Y es que los otros grandes perjudicados a causa del islamismo radical y del aumento de la extrema derecha son los propios feligreses musulmanes. “Desde hace más una década observamos un creciente aumento tanto de la discriminación, agresiones violentes y discursos de odio, como de la propia banalización de los actos islamófobos”, asegura a EL UNIVERSO Elsa Ray, portavoz del Colectivo Contra la Islamofobia (CCIF). En este sentido, el CCIF destaca “un aumento en potencia de los ataques violentos contra mujeres veladas” –aquellas mujeres que respetan por sus creencias el código de vestimenta de la hiyab-.

A su vez, el CCIF denuncia que gracias a la pasividad e ineficacia de los partidos tradicionales “asciende el discurso intelectualmente vago del Frente Nacional de Marine Le Pen, que banaliza los discursos racistas, xenófobos e islamófobos”. En este sentido, desde el CCIF sentencian que esta situación aboca “desgraciadamente tanto al antisemitismo como a la islamofobia; un racismo demasiado común en nuestra sociedad, que no es de ayer”.

Por su parte, el Consejo Francés del Culto Musulmán asegura en sus informes que el número de agresiones islamófobas desde los atentados yihadistas contra Charlie Hebdo han crecido casi en un 70%, en comparación con el mismo periodo del año anterior. En concreto, 147 ataques fueron registrados entre el 7 de enero y el 7 de febrero, siendo estos de mayor agresividad que la habitual. Además durante este mismo periodo fueron atacadas 22 mezquitas francesas.

SANTIAGO ORDUÑA MÉNDEZ en Twitter @Santiago_Orduna

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