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Cristiano y James, fórmula ganadora

Marca  |  09 de abril de 2015 (19:31 h.)
James y CR7

Durante una hora estuvo el Madrid maniatado y sometido en Vallecas. Durante una hora, CR7 estuvo cabizbajo. Con esa mirada hacia el suelo de frustración que pesa tanto que impide levantar la cabeza. Durante una hora, la parroquia rayista le torturó los tímpanos. Por eso, cuando marcó, cuando abrió la botella de oxígeno cuya ausencia asfixiaba al Madrid en el partido y en la Liga, soltó en un grito todo lo que le había consumido en una hora.

Carvajal fue a la tienda, le compró un regalo, se lo envolvió y le puso un lazo. Y claro, Cristiano, agradecido, lo aceptó. Era el minuto 67 y el portugués ponía en ventaja al Madrid, devolvía los cuatro puntos de distancia y marcaba su gol número 37 de la Liga, el 301 desde que viste la camiseta del Madrid. Si los cinco goles del Granada servían para engordar estadísticas y darse una alegría al cuerpo, el de ayer era vital, de los que acaban por significar títulos. O, al menos, la posibilidad de seguir luchando por ellos.

El ácido de Cristiano y el carbonato de James, la efervescencia que necesitaba el Madrid para salir vivo de la encerrona de Vallecas, empezó a burbujear tras el gol del portugués. Tuvieron varias intentonas antes, pero quedaron en experimentos fallidos.

La fórmula ganadora solo dio resultados tras el descanso. El colombiano se soltó la cintura y le metió un poco de ritmo latino a un partido jugado bajo el heavy del Rayo. Se asoció con Cristiano, buscó romper la rigidez del esquema de Jémez y tuvo premio.

Cristiano lo cocinó y encontró a James, que miró al palo derecho de Cobeño y, con precisión quirúrgica, cerró la herida y el marcador. El primero después de la lesión, para seguir mejorando paso a paso y llegar al pico alto en el momento oportuno, dentro de una semana, cuando el Atlético asome amenazante en el horizonte.

La alegría de James

A James todavía no se le había quitado el susto del cuerpo cuando atendió a los Medios: “Estamos contentos. Cuando uno tiene que ganar, a veces tiene que sufrir. Sufrimos, pero ganamos, que es lo importante. Ellos en la primera parte estuvieron intensos. Sabíamos que en la segunda iban a estar cansado y no iban a estar igual”.

Sobre su duelo con Isco por un puesto en el once titular, el colombiano fue correcto en su discurso: “Cuando hay buenos jugadores todos tenemos que estar atentos y concentrados para aprovechar nuestras oportunidades. El míster es el que manda”.