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Panamá, elecciones a la sombra del presidente Ricardo Martinelli

El Tiempo  |  03 de mayo de 2014 (21:31 h.)
Los cierres de campaña de José Domingo Arias, Juan Navarro y Juan Carlos Varela.

El nuevo rico de Latinoamérica, como en los últimos años han denominado a Panamá algunos analistas, va este domingo a las urnas para elegir a su presidente por los próximos cinco años.

Sin embargo, aunque el ‘puente del mundo’, como otros llaman al país, tiene cosas para mostrar, como el recién inaugurado metro de la capital, cientos de modernos edificios y la, en obra, ampliación del canal, hay aspectos que inquietan en ese ‘modelo’ de país.

La pobreza, la corrupción política y administrativa, la escalada de precios y la delincuencia son algunos de los lunares por los que Panamá no puede cantar victoria.

Y más allá de todos estos problemas, que son comunes a la generalidad de países latinoamericanos, está lo que expertos de este país han llamado la intención del presidente, Ricardo Martinelli, de seguir en el poder por medio de terceros, es decir, del candidato de su partido, el derechista José Domingo Arias, de Cambio Democrático (CD) y de su aspirante a la vicepresidencia, Marta Linares de Martinelli, actual primera dama.

Los analistas han llamado a este fenómeno la ‘reelección disfrazada’ de Martinelli, que ha sido denunciado por participación en política al haber pedido el voto de los panameños por quien “seguirá su programa de gobierno”, según ha dicho.

El político Mario Galindo, del Movimiento Nueva República, dijo que promueve el “voto útil” contra el mandatario “para evitar la reelección disfrazada de Martinelli, reelección disfrazada o encubierta pues esto sería lo peor que le pudiera pasar a la institucionalidad del país”.

Arias, un economista y empresario de 50 años, dice que él representa “la continuidad” de las obras del presidente Martinelli, pero que a partir del primero de julio lo hará “más y mejor y corregirá lo que está mal”.

“Saber que voy a sucederlo (a Martinelli) aumenta mi responsabilidad y mi desafío”, dijo Arias, quien agregó que va a “profundizar todo lo que está bien” y va a corregir “lo que está mal” para “mejorar nuestras vidas y fortalecer nuestra patria”.

Precisamente por esto, el salsero, excandidato presidencial y exministro de Turismo, Rubén Blades, considera peligroso que Arias gane: “Es muy peligroso apoyar al candidato oficial (...) ya que brindaría la nefasta oportunidad de continuar con la destrucción de la institucionalidad”.

La campaña de Arias sufrió un golpe asestado por un empleado de un centro de llamadas del CD que denunció en los medios locales que desde allí se lanzan los ataques contra los opositores y personas que no están de acuerdo con el actual gobierno, y además que cobraba en un ministerio, lo que ha crispado el ambiente.

En las elecciones de hoy casi 2,5 millones de panameños están habilitados para votar y elegir al presidente y vicepresidente, en una sola vuelta, para el periodo 2014-2019, además de 71 diputados de la Asamblea Nacional, entre otros.

Arias luce como favorito, pero las encuestas no le dan mucho margen sobre sus dos inmediatos seguidores, que en algunos sondeos, incluso, le respiran en el oído: Juan Carlos Navarro, del Partido Revolucionario Democrático (PRD), primera fuerza de la oposición; y el opositor y actual vicepresidente, Juan Carlos Varela, del Partido Panameñista (PPa).

El sucesor de Martinelli, que se caracterizó por su efectividad en la ejecución de obras, pero fue criticado por su autoritarismo y por pasar por alto las normas de la institucionalidad, no la tiene fácil.

Los retos son asegurar la continuidad del fuerte crecimiento económico (líder en todo el continente); frenar la inflación y combatir el aumento de la delincuencia; mantener altos niveles de inversión pública y garantizar la finalización del millonario proyecto de ampliación del canal de Panamá, que tiene retrasos de más de un año y enfrenta conflictos jurídicos con el consorcio constructor, además de demandas laborales.

Desde que en 1989 retornó la democracia a Panamá, los siguientes periodos presidenciales se alternaron en el poder el PRD y el PPa, hasta que en 2009 Martinelli rompió el bipartidismo. Hay que esperar ahora si logra darle cinco años más a su legado.

Canal, dolor de cabeza

El canal de Panamá, la principal obra que ha impulsado el crecimiento y el desarrollo del país centroamericano, se ha convertido en un dolor de cabeza para el gobierno de Ricardo Martinelli, pues la ampliación de la obra, calculada en 5.250 millones de dólares, ha sufrido retrasos por parte del consorcio constructor, el cual alega sobrecostos de 1.600 millones que han sido rechazados por la Autoridad del Canal de Panamá.

Las obras debían estar finalizadas en 2014, cuando el canal cumple su centenario. Sin embargo, las fechas se han ido posponiendo y ahora se estima que concluirían en diciembre de 2015 para inaugurar la vía en 2016.